viernes, 5 de agosto de 2011

¿EL TAMAÑO IMPORTA?

Hoy rescato un texto de uno de los grandes escritores de la historia, "El tamaño de las personas", de William Shakespeare.

Una persona es enorme para uno, cuando habla de frente y vive de acuerdo a lo que habla,cuando trata con cariño y respeto, cuando mira a los ojos y sonríe inocente. Es pequeña cuando sólo piensa en si misma y le hace creer a los otros que piensa en ellos; cuando se comporta de una manera poco gentil, cuando no apoya, cuando abandona a alguien justamente en el momento en que tendría que demostrar lo que es más importante entre dos personas: la Amistad, el compañerismo, el cariño, el respeto,el celo y, asimismo, el amor. 
Una persona es gigante cuando se interesa por tu vida, cuando busca alternativas para tu crecimiento, cuando sueña junto contigo…Cuando trata de entenderte aunque no piensen igual. Una persona es grande cuando perdona, cuando comprende, cuando se coloca en el lugar del otro,  cuando obra, no de acuerdo con lo que esperan de ella, pero de acuerdo con lo que espera de si misma. 
Una misma persona puede aparentar grandeza o pequeñez dentro de una relación, puede crecer o disminuir en un corto espacio de tiempo. Una decepción puede disminuir el tamaño de un amor que parecía ser grande. Una ausencia puede aumentar el tamaño de un amor que parecía ser ínfimo. Una decepción puede terminar con el respeto por alguien…de muchos…Una acción correcta puede enaltecer a otros. 
Es difícil convivir con esta elasticidad: las personas se agigantan y se encogen a nuestros ojos. Nosotros no juzgamos a través de centímetros y metros, sino de acciones y reacciones,de verdades o falsedades, de expectativas y frustraciones.
No es la altura, ni el peso,ni la belleza, ni un titulo o mucho dinero lo que que convierte a una persona en grande… es, su honestidad, su decencia…su amabilidad y respeto por los sentimientos e intereses de los demás... por su sensibilidad sin tamaño.

Con tanta elasticidad se nos da de sí el corazón. Hay más espacio para disparar porque aparentemente disponemos de mayor tamaño, pero se convierte en una tarea difícil encontrar y atinar en el centro de la diana.

jueves, 14 de julio de 2011

ELOGIOS AL AIRE

El cerebro está programado para atender con más prioridad en el tiempo y con más zonas implicadas en todo lo que sea emocionalmente negativo. Dicho sesgo es una impronta de la evolución humana: en medios hostiles y en plena naturaleza, quien sobrevive es el que es capaz de reaccionar antes a los estímulos negativos.

A veces, convertimos la vida diaria en un medio hostil y se nos olvida que a nuestro alrededor existen personas que, de una manera u otra, se merecen un elogio. Las mamás por sus flanes caseros , aunque sean de sobre. Los hermanos mayores por darnos consejos de la vida y, los pequeños, por hacernos sentir mayores. Ese chic@ que te gusta por conseguir que te levantes cada día con una sonrisa. Tu pareja por descubrir lo especial que es compartir su vida contigo. Tus amigos, por eso, por ser tus amigos. O simplemente, como un chiste que cuenta mi amigo R.Martínez cada vez que coincidimos, al butanero, por la labia que tiene.

Yo, a mi madre se los digo cada vez que se deja. A mis hermanos... que caraduras que no escuchan. A mi pareja... corre más rápido que yo. Pero hoy hay una persona que se merece que le diga lo linda que es por dentro y por fuera.

Se que convivir conmigo no es tarea fácil: tengo mis cadaunadas, los días malos son malos de verdad, pero a pesar de todo aún no saliste corriendo. Alguien, antes de iniciar esta pequeña aventura, me pidió que te cuidase y lo intento todos los días. Así que, no puedo ser más alta, más lista, menos torpe, pero si puedo ser MEJOR.


Gracias Laura. Y eso que todo este “chochal” acaba de empezar, que no sabremos donde acabaremos, pero, al menos, que nunca se diga que no lo intentamos.

martes, 28 de junio de 2011

¿Y si una sonrisa te cambia la vida?

Nos vamos a la jungla con Eduard Punset. Una manada de gacelas se percata de la presencia de leones. Echan a correr y una de ellas es atrapada. El resto de las gacelas se detiene y continua su ritmo con normalidad mientras los leones devoran a la gacela. ¿Sabéis que pasaría si en lugar de gacelas fuesen seres humanos? Pues que estos seguirían corriendo por si acaso los leones se han quedado con hambre.

El ser humano, por naturaleza, tiene miedo ¿pero en qué momento dejamos de ser valientes niños para convertirnos en unos “acongojados” de la vida? El hombre se pasa la vida sufriendo por el pasado y por el futuro, olvidándose de vivir el presente.

Genéticamente no estamos determinados para ser felices, sino para sobrevivir, por lo tanto nuestra mente está preparada para acordarse de lo negativo en lugar de lo positivo. Sin embargo, ¿quien dijo que no se puede luchar contra la genética?

Hay personas que optan en la vida por enfrentar ese miedo genético con alegría y optimismo. Estas personas han sido capaces de cambiar los hábitos de la mente. ¿Sabes que somos lo que nos hablamos? Apostemos por cambiar la forma de comunicarnos con nosotros mismos; no nos digamos algo que no queramos que sea verdad, ya que la mente en una herramienta muy poderosa y atraerá lo que pensemos. 



Dice el refrán que “el hombre es un animal de costumbres”, pero ¿son todas las costumbres positivas? Nuestro cerebro es vago y se acoge al proverbio de “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”. De ahí han nacido dos deportes nacionales: el mal humor y la depresión. Nuestra forma de ser hace que nuestra mente sea selectiva, por ello propongo un reto: reeduca tu mente. Rescátala de la racionalidad de la costumbre y aliméntala de energía y entusiasmo.

Decía Groucho Marx que la felicidad está compuesta de pequeños detalles. Esos pequeños detalles probablemente no los encuentres sino caminas con ilusión. Vivimos en una sociedad donde nadie expresa sus emociones, donde el cariño y el amor se han convertido en “ñoñerías”.



Llámenme pues, ÑOÑA en mayúsculas. Rescato aquí las palabras que les regalé a mis compañeros de promoción el día de su graduación: las cosas son más fáciles si ponéis voluntad. Haced lo que os salga del corazón, porque ya lo decía Descartes: hay razones del corazón que la razón no entiende.

miércoles, 22 de junio de 2011

“El destino es la promesa de seguir”

La vida está compuesta de ETAPAS. Multitud de fases muy dispares por las que pasamos, a veces de puntillas, y otras plenamente, pero sea como sea van a conformar nuestra existencia y aunque algunas querríamos hacerlas desaparecer, lo cierto es que la huella que dejan a su paso es imposible borrar. Ante esto lo único que podemos es hacer es APRENDER de ellas.

Cuando somos pequeños esas etapas pasan por nosotros sin que seamos conscientes de ello, a pesar de que, con toda seguridad, serán las más importantes de nuestra vida. Y es que es en ellas es donde aprendemos a ser nosotros mismos. Una tarea complicada.

Hace unos días veía el vídeo de mi graduación y es por eso por lo que me vino a la cabeza este tema. Para mí y mis compañeros se acabó hace ya un año una de las etapas más gratificantes de la vida, la de universitari@. Y la verdad es que da mucha pena decir adiós a gente que quizá no vuelva a ver nunca y sobre todo despedirte de esa fase en la que la nuestras preocupaciones son casi inexistentes.

Pero como he dicho antes, lo que hay que hacer es no pensar en que esto se ha acabado sino en lo que hemos aprendido durante esta fase y quedarnos con las cosas positivas. Pero sobre todo darnos cuenta de que la etapa que viene tendrá muchas cosas buenas y nos hará vivir experiencias insólitas.

Hay que mirar hacia ADELANTE y afrontar los nuevos proyectos con mucha ilusión, la misma que teníamos en nuestro primer día de cole o la primera vez que dimos un beso. Porque nuestro destino está en nuestras manos y nadie mejor que nosotros para configurarnos un futuro que merezca la pena vivir y en el que nunca dejemos de luchar por nuestros sueños.

“Cuando todos los días parecen iguales es porque las personas han dejado de percibir las cosas buenas que aparecen en nuestras vidas” (Pablo Coelho)

lunes, 20 de junio de 2011

El primer día del resto de nuestros días

Ya decía la canción que “los latidos del corazón son los que mueven el mundo” y vaya si se movían deprisa esta mañana en Salamanca. En la antesala de paritorios he sido testigo de tres nuevos corazones.

A partir de hoy comienzan su nueva vida, su vida, en la que aprenderán a llorar, a reír, a caminar. Hoy el comienzo de su destino les ha presentado la tarea más complicada, a la par que gratificante: aprender a vivir.

Cada uno aprenderá de una manera diferente, igual que he aprendido yo, o tú, o ellos. Hoy me he propuesto compartir con quien quiera mis aprendizajes hasta el momento. He aprendido…

-… que no siempre las cosas son o negras o blancas, que las mezclas tienen su encanto.
-… que querer es poder.
-… que para dar no hace falta recibir, pero si recibes, regalas.
-… que un clavo no saca a otro clavo… pero qué más da si los cuadros que soportan se pueden cambiar porque sólo tú eres el Picasso de tu vida.
-… que nunca debemos decir “nunca jamás”…
-… que si tropiezas y caes hay que levantarse porque sino las heridas no sanan.
-… que la primera impresión cuenta… pero las siguientes dejan huella.
-… que decir lo que piensas cuesta… duele… pero a la larga es saludable.
-… que una sonrisa vale millones
-… que un beso o un abrazo sinceros son los gestos más valiosos.
-… que las dos expresiones más simples y con más fuerza son “Gracias” y “Te quiero”.
-… y sobre todo… que se aprende de TODO y de TODOS.

Y vosotros, ¿os animáis a compartir vuestro aprendizaje? ¿Nos dejáis aprender de vosotros? Anímate a escribir un comentario.

domingo, 19 de junio de 2011

“NO ES MÁS RICO EL QUE MÁS TIENE SINO...

el que menos necesita”. Este eslogan de la poderosísima marca Ikea puede resultar un poco utópico, y muy fácil de pronunciar cuando lo tienes todo en la vida. Por eso resulta más potente cuando viene de personas como las de este anuncio, que a pesar de no contar con uno de los sentidos más importantes para la vida como es la vista, son capaces de SER FELICES con lo que les ha tocado.

Como afirman sus hijos: “Nuestros padres nos enseñaron que hay dos maneras de tomarse la vida. Puedes vivirla lamentándote de todo lo que te falta, quejándote por el sentido que la vida no te dio, o aprovechando al máximo lo que sí tienes”. Unas palabras que deberíamos tener presentes en muchos momentos de nuestra vida.



Esto me evoca otro eslogan cargado de significado que dice “No es lo que tengo es lo que soy”. Y es que lo material es efímero, se pierde por el camino, y lo que queda al fin y al cabo son las personas y lo que valen por ellas mismas. Aunque está claro que no podemos vivir sin muchas de las cosas físicas que nos rodean, sí podemos APRENDER a darnos cuenta de que la vida es como una noria y nunca sabremos cuántas vueltas dará la nuestra.

Por eso creo que todos en algún momento necesitamos un toque de atención para poner los pies en la tierra, aunque como decía el dramaturgo J. M. Barrie, creador de Peter Pan, “La vida es una larga lección de humildad”.

sábado, 18 de junio de 2011

Cuando la lluvia empiece a caer...GRITA!

Esta reflexión nace de unas palabras que una persona le ha dedicado a otras todavía más pequeñitas e inocentes. Invita a estas personitas a evaluar y guardar todo lo aprendido en un año, y además, les propone poner en práctica algo mucho más valioso: no olvidar nunca la importancia de ser AMIGOS.

Espero que esas personitas conserven ese consejo con el “síndrome de Peter Pan” y puedan recordarlo a pesar de que pasen los años, porque también es cierto, que con el transcurrir de los días, a veces, se nos olvida que mucho de lo que somos se lo debemos a ellos, a nuestros amigos.



Cada uno aporta a nuestra vida su granito de arena, bien blanco, bien negro, pero los dos nos enriquecen por igual. Hay gente que tiene la suerte de conservar a sus amigos de la infancia, aquellos con los que compartieron las primeras patadas a un balón o los primeros peinados Famosa. Otros, encuentran a sus mejores amigos en la Universidad. Incluso otros, en la etapa dorada.

No importa en qué momento les conocimos, en qué lugar o bajo qué circunstancias. Lo importante es saber alimentar el vínculo que un día nos unió a ellos. Se alimentará de los buenos y los malos momentos. Eso sí, la acción debe ser recíproca porque corremos el riesgo de que la amistad se deteriore.

Para esto, y otras cosas, vivo con el “síndrome de Peter Pan” y espero que nunca se me termine. ¿Te apuntas conmigo al País de Nunca Jamás…olvidaré la importancia de ser AMIGOS?

Licencia Creative Commons
Este obra de Amelia Sánchez está bajo una licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 3.0 Unported.